ME DIRIJO A VOSOTROS
Sacrificad al Señor todo lo que es querido y valioso para vosotros y podréis intercambiar cosas mucho más hermosas y recibirlas de Su mano. Pero los que se complacen en las cosas terrenas y no quieren renunciar a nada, también están aferrados a la materia como con cadenas … viven día tras día, pero su corazón nunca encontrará la dulce paz que sólo se concede a los hijos terrenales quienes voluntariamente se separan de todo lo que es terrenal …
Hacerse digno de la cercanía de Dios es un bien tan inapreciable que todos los bienes terrenales se desmoronan frente a este. Cegados por lo aparentes bienes de la tierra, a las personas les cuesta desprenderse de ellos, sino que siempre se esfuerzan por aumentar estos bienes y no ven que la muerte espiritual va de la mano con estos … que son conducidos por un largo y oscuro túnel, que muchas veces no quiere terminar durante su tiempo en la tierra …
Renuncian descuidadamente al sol, la radiante y brillante luz del día, como una obra de ilusión que , sin embargo, trae la noche oscura a su espíritu … y por lo tanto la muerte espiritual si la persona aún no llega al conocimiento (cognición) espiritual y sacrifica todo esto para ganarse la luz del divino sol de gracia para eso. Los más altos honres del cielo se otorgan a aquel que nunca ha buscado honores en la tierra … y el mayor gozo del cielo será una parte de aquellos que voluntariamente renuncian en la tierra debido a la voluntad del Señor …
Así que el Señor devuelve mil veces lo que se sacrifica amorosamente por Él, y Él considera a cada uno según sus obras en la tierra … pero cada uno tendrá que recordar que no prefiere los bienes de la tierra a los de la eternidad … Porque los bienes terrenales solo os gana la buena vida del cuerpo y os proporcionan placeres puramente físicos … solo os da respecto frente a las personas … pero para la eternidad es completamente inútil, es más bien un obstáculo, porque hará que vuestro camino hacia arriba sea más difícil … pero un corazón que da todo y no se complace en las posesiones terrenales y sólo reconoce al Señor como una posesión deseable, será considerado en toda abundancia en la eternidad y aumentará sus posesiones espirituales y sabiamente cuidará para todas las necesidades del alma, y porque dio, recibirá sin medida lo que le preparará la más alta felicidad …
Amén